Estatua del Doctor Balmís en su ciudad natal, Alicante
Hoy ha salido en clase un comentario sobre la vacuna de la viruela y os he explicado la aventura que supuso llevar dicha vacuna a América, donde la enfermedad de la viruela estaba provocando una alta mortalidad.
Situémonos en el año 1803, en un momento en el que el virus de la viruela mataba a decenas de miles de personas en el nuevo mundo. Afortunadamente en Europa existía ya una vacuna para erradicarla, pero no en América. Pensad en que no existían neveras para trasportarla en una travesía de muchos días, y el hielo se derretiría en muy poco tiempo y llegaría en mal estado. Esta es la historia de cómo el ingenio humano y 22 héroes lograron llevar la vacuna hasta las américas y salvar así millones de vidas.
El problema que conllevaba el largo trayecto desde España a América era sencillo, si se inoculaba el virus a una persona que estuviera vacunada, en el tiempo que durara el viaje le daría tiempo a desarrollar la enfermedad y a curarse antes de llegar a puerto, con lo que las pústulas que salían al contagiarse ya estarían secas.
Por ello, el médico alicantino Francisco Javier Balmís, tomó una decisión que hoy consideraríamos controvertida. Embarcó a 22 niños expósitos (se llamaban así a los niños que eran abandonados secretamente por sus padres en una casa cuna porque no tenían medios para mantenerlos) coruñeses vacunados contra la viruela, e inoculó a dos de ellos el virus. Cuando éste hacía su efecto en forma de notorias pústulas, dos niños se lo pasaban a otros dos de forma escalonada por el método del contacto entre sus brazos. Así, de dos en dos, se fueron transmitiendo la enfermedad a lo largo del viaje hasta llegar a los 22. De ese modo, cuando el María Pita atracó en las costas de Puerto Rico, la vacuna estaba lista para depositarla en manos de los médicos locales. El problema que conllevaba el largo trayecto desde España a América era sencillo, si se inoculaba el virus a una persona que estuviera vacunada, en el tiempo que durara el viaje le daría tiempo a desarrollar la enfermedad y a curarse antes de llegar a puerto, con lo que las pústulas que salían al contagiarse ya estarían secas.
La expedición se dividió entonces en dos grupos que hicieron llegar la tan deseada vacuna a las costas de Venezuela, Cuba, México, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Brasil, Guatemala, Argentina, Filipinas y China.
Así fue como 22 pequeños niños sin padres fueron los portadores de la esperanza de vida para millones de personas.
Para saber más sobre el tema...
La odisea del doctor Balmís. (Reportaje publicado en el País Semanal el 24 de enero de 2010.
Luis Miguel Ariza ha escrito un libro narrando esta expedición: ‘Los hijos del cielo’ (Ediciones Martínez Roca), que se publicará en febrero de 2010.
Se podría hacer más ejercicios prácticos en el blog sobre la materia que se este dando así los alumnos podrán practicar más e ir más preparados a los examenes
ResponderEliminarcreo que sin este hombre no esistiria nadie en el mundo. menudo hombre.
ResponderEliminarsusana