Para ilustraros con un ejemplo de uso del género femenino en el sustantivo calor, pasé a recitaros un conocido romance que tengo guardado en mi memoria desde mis lejanos años del bachillerato. Sé además que los poemas os encantan.
Tras recitar el ROMANCE DEL PRISIONERO -así se llama esta muestra del Romancero español- rompisteis en un sentido aplauso. La verdad es que yo también me emocioné. Sé que vuestros aplausos no fueron a mi recitado, sino a la belleza del romance.
Os prometí publicarlo hoy mismo en nuestro blog. Lo prometido es deuda. ¡Qué disfrutéis con él! Y os animo a que lo aprendáis; yo lo hice con vuestra edad (primero de bachillerato se hacía entonces con 11 años).
Romance del prisionero
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