Una excursión al monte Vesubio

por Elena BERENGUEL

Un día mi familia y yo pensamos en ir a visitar el monte Vesubio. Entonces, compramos los pasajes y para el fin de semana siguiente todo estaba preparado para subir a bordo de un enorme avión. Pero nos dieron una mala noticia, no se podía viajar en avión hasta pasada una semana, como consecuencia de que el monte Vesubio se puso en erupción y los aviones y todos sus pasajeros corríamos mucho peligro . ¡Qué pena, teníamos muchas ganas de conocer Italia!
Al día siguiente la cosa cambió y pudimos embarcar con destino a Nápoles. Mi primera excursión sería ver el Monte Vesubio, era arriesgado después de las noticias que veía por televisión, pero tenía muchas ganas de ir de aventura, y mis padres me dieron el gusto. Pasó lo peor, el monte entró en erupción. Al principio pensé que era mi imaginación que la tierra se movía, pensé que íbamos a quedar enterrados como la ciudad de Pompeya. Tuvimos más suerte y nos pudimos poner a salvo. La lava brotaba, todo el mundo gritaba asustado, hasta las piedras volaban. Al final conseguí que todo aquello fuera una verdadera aventura.
A mi vuelta se lo conté a mis amigas y María me dijo:
-¡Qué guay! ¿Le has hecho fotos?
-Lamentablemente no.
-Bueno, no pasa nada; si ya me lo imagino.